El alma es destrozada día a día,
cuando el arte en el papel
es diferente al del lápiz.
Cuando el reflejo en el espejo,
se agrieta ante en la mirada.
Cuando el respirar no tiene ritmo,
y pierde armonía al andar.
Cuando lo que se desea,
vive en la gaveta del quizás.
No hay terceros en este caminar.
El alma la destrozas tú, al no actuar.